Cómo las unidades de exhibición en tiendas mejoran el potencial de ganancias

La recesión golpeó duramente los mercados del Reino Unido, dejando a los compradores sin comprar durante meses. Ahora, por supuesto, todos están volviendo: acuden en masa a las tiendas para deshacerse de parte del dinero que tanto les ha dado miedo gastar durante el último año. Pero regresan con cautela, dispuestos a gastar, pero temerosos de desprenderse de su dinero a menos que haya algo que realmente "quieran" en las tiendas. Por eso, las tiendas necesitan maximizar su potencial de beneficios utilizando los expositores adecuados.

Así es como funciona. Los clientes quieren gastar dinero, porque gastar les hace sentir bien. Es como una recompensa por ahorrar, por afrontar la recesión, por todos esos meses de austeridad que han pasado. Pero sufren la resaca de las compras por haber ahorrado demasiado. Lo que necesitan es que se les convenza de que vale la pena gastar en un artículo en particular (mientras que, antes, simplemente habrían salido a gastar). Ahí es donde entran en juego los expositores: ahora, más que nunca, las tiendas necesitan mostrar su stock al máximo para convencer a los compradores potenciales de que el artículo en cuestión es una compra justificada.

Considere esto: un teléfono móvil, expuesto sobre una superficie plana en un estuche de altura media. ¿No va a funcionar? ¿Por qué? Porque el cliente no puede verlo claramente, probablemente no pueda manipularlo y, desde luego, no lo aprovecha al máximo. Si los expositores de tiendas para teléfonos móviles quieren persuadir a los clientes a comprar, deben hacer una de dos cosas, y preferiblemente ambas. Primero, deben mostrar el teléfono en ángulo para que el cliente pueda ver fácilmente su cara y sus laterales. Segundo, deben dar al cliente la oportunidad de tocar el teléfono; si es posible, de cogerlo y jugar con él. Hoy en día, los teléfonos tienen tantas funciones que nadie puede saber si son adecuados para él, a menos que pueda abrirlos, explorar los menús, etc. Los expositores de tiendas adecuados (es decir, los que venden la mayoría de los productos) para teléfonos móviles son los que permiten a los clientes hacer precisamente eso.

Los teléfonos móviles son solo un ejemplo, por supuesto: el tipo de exhibición adecuado para el producto y el mercado adecuados es una regla que debe cumplirse en todos los ámbitos. Ninguna tienda venderá bien en un entorno donde los clientes tienen algo de miedo a gastar dinero, a menos que cuente con los medios de exhibición necesarios para convencer a los compradores de que su inventario vale la pena: que comprar lo que ofrecen es justificable, en un mundo donde el dinero escasea de repente. Una buena exhibición en las tiendas es la única manera de lograrlo.

Los productos simplemente ya no se venden solos. Incluso si existe el deseo de comprar, todavía hay demasiadas opciones disponibles que son similares a todo lo demás. Cientos de tipos de teléfonos diferentes compiten por la atención del cliente con infinitas variaciones en sus características clave. A los clientes les gusta esa opción, sobre todo en sus frenéticas compras tras la crisis económica. Quieren comparar y contrastar: coger, sostener, jugar. Así es como toman una decisión de compra racional ante la incertidumbre económica. Los expositores de las tiendas les permiten hacerlo, y eso significa gastar dinero.

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